Esta pareja quería casarse en el huerto de un amigo, les gustaba la idea de hacer la ceremonia rodeados de almendros en flor, por eso, su fecha de boda coincidió con esta época que nos deja unos paisajes tan bonitos. Es una boda muy íntima, con pocos invitados donde la ceremonia la organizaron en plan picnic y les quedó precioso.
La madre de la novia se encargó de coser los 75 cojines que servían para sentarse en el suelo, también tenían mantas con estampados aztecas y mejicanos que consiguieron crear una zona de asiento mágica para los invitados. Pusieron bandejas con galletas, surtido de quesos y vino repartidas en esta zona para que los invitados pudiesen degustar, acompañados de unos músicos, antes de la ceremonia.
Es una boda muy sencilla, con una decoración llena de detalles que reflejan la personalidad de los novios y que se convirtió en una celebración mágica, en un entorno precioso que nadie de los que estuvo allí olvidará. ¡Y sus mascotas seguro que tampoco lo olvidarán porque estaban en primera fila! 😛
¡Qué tengáis una feliz semana!
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