Una pareja, Harry, arquitecto, diseñador de interiores y diseñador gráfico y Marya, directora de arte creativo,se pusieron manos a la obra para diseñar su hogar. Querían una casa limpia, blanca, como un lienzo en el que «pintar», unas características muy propias del estilo nórdico. Esto me parece una muy buena idea ya que nos permite jugar con la decoración sin que nada nos condicione.
La primera sensación que da al verla es que es una casa vivida y llena de objetos que reflejan su trabajo y personalidad. Nos encontramos con algunas piezas de diseño mezcladas con otras recuperadas. Acabados que contrastan y marcan bastante la personalidad que desprende esta casa como las paredes que han hecho en OSB, el ladrillo pintado de blanco y molduras de escayola clásicas en los techos.
Estos chicos han arriesgado sin miedo a mezclar consiguiendo una vivienda única y personal.
Y vosotros, ¿también sois de arriesgar en la decoración de vuestra casa?
¡Siempre arriesgar!
Si no no se consigue una casa única, personal y, como bien dices, vivida.